Los costos y riesgos asociados, como el transporte de animales desde diferentes unidades, las fallas potenciales en los protocolos de cuarentena y la necesidad de pruebas exhaustivas, exacerban aún más la situación.
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Topigs Norsvin reconoce la necesidad de una bioseguridad mejorada y presenta una solución a través de su programa “InGene”. Esto abarca el cierre de hatos y la optimización genética a través de la introducción de semen y mejoras genéticas personalizadas.
Cooperativa LAR dejó de introducir animales
“Anteriormente, dependíamos de una granja multiplicadora que suministraba primerizas a otras granjas. Sin embargo, desde 2018, implementamos un cambio estratégico al introducir abuelas y bisabuelas en nuestras granjas, cerrando efectivamente el sistema y adoptando el programa InGene. Esta transformación ha mejorado significativamente la salud general de nuestros hatos, lo que se traduce en un mejor desempeño reproductivo y de salud en nuestros sitios 1, el destete y las fases de finalización. Además de los beneficios evidentes para la salud, cada unidad ahora puede continuar con sus esfuerzos independientes de mejoramiento genético”, explica Evandro Beraldin, Gerente de Porcicultura de la Cooperativa LAR.
La Cooperativa Agroindustrial LAR, que actualmente gestiona 30,000 cerdas, ha decidido dejar de introducir primerizas en sus granjas de cerdas. Esta decisión estratégica ha producido beneficios sustanciales al reforzar la salud del hato y, al mismo tiempo, permitir mejoras genéticas adaptadas a los requisitos específicos de la granja.
Al implementar el cierre de sitios y ofrecer mejoras genéticas personalizadas, las granjas pueden fortalecer sus medidas de bioseguridad y elevar la calidad de su producción porcina. Este enfoque innovador significa un paso significativo hacia una industria porcina más saludable y eficiente.